El
ser humano adulto debe disfrutar de un saludable bienestar que solo conseguirá
con una optima gestión emocional y social, que solo puede aprenderse desde la
infancia a través de la familia y la escuela.
De
forma intermitente, en ocasiones cometemos errores en la gestión de nuestras
propias emociones y, por ende en su expresión, en la comunicación de éstas. El
núcleo familiar juega un papel fundamental, es un espacio moldeador y un
reflejo o ejemplo de conducta para los pequeños. Los padres, cuando queremos
comunicar emociones, principalmente negativas e intensas, solemos cometer
errores que tienden a reforzar comportamientos que no deseamos en ellos, bien
por falta de tiempo, situaciones difíciles o incomodas, estar ocupados, etc.
Se
hace necesario entender que el estado de ánimo de los/as niños/as dependen en
gran medida de cómo estemos sus cuidadores, imitando incluso nuestra propia
conducta y reproduciendo reacciones y no respuestas. Un ejemplo bastante usual
es cuando nos encontramos en una situación estresante, comenzamos a enfadarnos
con ellos, nos resulta difícil mantener la calma y no logramos comunicar
eficazmente nuestro descontento o nuestra comunicación es errónea.
El
primer paso para controlar nuestro comportamiento y nuestra forma de pensar es
tener un gran autoconocimiento, reconociendo nuestros puntos fuertes y débiles.
Algunas
pautas para el aprendizaje de los niños en el autocontrol:
- El autocontrol se alimenta de descanso. Dormir adecuadamente las horas establecidas y organizar descansos, si es necesario.
- Enséñale a esperar mientras estás ocupado/a. Conocer las normas de comunicación, los turnos y el respeto.
- No le des todo lo que desea, y mucho menos de inmediato.
- Enséñale a que nada, salvo la urgencia real, tiene que satisfacerse de forma inmediata.
- Sus prioridades no están por encima de las tuyas.
- Pide reflexión, tanto en lo que dicen como en lo que hacen.
- Incúlcales el valor de la prudencia, sobre todo en las relaciones sociales.
- Establece consecuencias cuando no cumplan las normas y limites.
Desarrollar
en los pequeños un optimo autocontrol les dota de recursos para hacer frente a
situaciones emocionales y sociales, como:
- Permite afrontar situaciones difíciles con mejores resultados.
- Les ayuda a mantener la calma y pensar en posibles soluciones con mayor tranquilidad.
- Favorece la relación con los demás.
- Tolerancia a la frustración cuando se encuentre en situaciones ansiosas o estresantes.
- Permite tomar mejores decisiones.
- Autoestima más sana y estable.
- Bienestar emocional y social optimo
