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miércoles, 6 de marzo de 2013

PREPARAR EL APRENDIZAJE DE SU HIJO

El aprendizaje de su hijo se inicia en el momento de nacer cuando empieza a conocer el mundo, a su familia, a su entorno y a sí mismo. Crecer es aprender a vivir y en estos primeros años de vida su crecimiento depende de cómo se le estimule y del cariño que reciba. Será la mejor base para su futuro.


OBJETIVOS
1. El niño necesita aprender a interpretar lo que pasa a su alrededor, y para ello requiere del desarrollo de todos sus sentidos de una forma equilibrada: el oído, la vista, el tacto,

 el olfato y el gusto serán los medios que le ayudarán a saber cómo es el mundo que le rodea para que después él pueda desenvolverse con seguridad en él.
2. El dominio del cuerpo y del habla es esencial para su desarrollo  como persona y la maduración de su sistema nervioso. No sólo le permitirá moverse con agilidad, sino que controlará perfectamente las acciones más delicadas y complejas con sus manos, como la escritura o la expresión a través de gestos.
3. Su hijo debe adquirir en sus primeros años unos hábitos de alimentación, higiene, descanso, orden... que le acompañarán toda su vida. Le ayudarán a sentirse seguro ante el mundo con el que deberá interactuar y a estructurar su forma de pensar.
4. Conocer que existen límites y normas que seguir es imprescindible para que en el futuro el niño pueda integrarse en la sociedad, facilitando así la convivencia. Transmitirle estas normas es una muestra de estimación que le ayudará toda su vida.
¿QUÉ HACER?

1. Aproveche tanto como pueda el tiempo que esté con su hijo, simplemente jugando. Todos los juegos son momentos de aprendizaje. Intente que sean ricos en variedad de estímulos: intente ejercitar todos los sentidos, no deje de abrir ninguna de sus ventanas al mundo para poder captar e interpretar toda la información que le llegue de su entorno.
2. Acompañe a su hijo en sus movimientos aunque no sepa realizarlos, háblele aunque no le entienda… Es la forma más rica de ayudarle en su crecimiento. La maduración de la motricidad del niño pasa por unas etapas que pueden ser más o menos largas, pero todas ellas son importantes porque van a ayudarle a conocer su propio cuerpo y, con ello, a sí mismo. No tenga prisas, sólo acompáñele.
3. Establezca unas pautas muy claras en las actividades  de su rutina diaria: unos horarios para comer, dormir, etc. Y mantenga siempre una secuencia de acciones lógica como puede ser jugar y ordenar el juego antes de pasar a otro, lavarse las manos antes de ir a comer, etc
4. Fije normas claras, concretas y razonables. Haga que su hijo las conozca primero, y después, decida cómo actuar. Él debe saber que no seguirlas tiene consecuencias: aunque monte rabietas, manténgase firme


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