En
contra de lo que algunos padres creen, las normas no oprimen ni quitan libertad a
la familia; las normas adecuadas ayudan a que nuestra familia pueda convivir en armonía y a que nuestros hijos crezcan
en responsabilidad. Dan seguridad, proporcionan apoyo y orientación.
Pero no todas las normas son iguales. Aprende a distinguir entre las que son de estricto cumplimiento de aquellas que pueden (y deben) ser más flexibles. |
Normas negociables
Son
aquellas que tienen en cuenta los gustos personales de los niños. No quieren
decir que todo
vale sino que se puede ser flexible en su
aplicación.
Si tu hijo quiere dormir con el equipo de futbol en lugar de con el pijama, ¿qué hay de malo en ello? Si no le gusta bañarse, ¿por qué no le ofreces la ducha? |
¿Qué normas pueden ser más flexibles?
Aquellas
relacionadas con el día a día:
Si ofreces a tu hijo un cierto margen de
libertad en determinadas reglas:
Normas no negociables
Son
las relacionadas con la seguridad, salud y valores de la familia. Han de ser un referente claro para el niño y
convertirse en los pilares de vuestro proyecto familiar.
Las
reglas son muy personales. Lo que para ti es negociable, para otro padre o madre puede que no lo sea. Lo importante es que sean
normas que se puedan cumplir y que, una vez establecidas, seas consecuente y
apliques las consecuencias en el caso de ser infringidas.
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